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Sevilla, Spain
ÁREA DE SERVICIOS DE LA UGC-ORL AHVM: Hospital Universitario Virgen Macarena, Hospital de San Lázaro, Policlínico CCEE, Centro de Especialidades San Jerónimo

lunes, 22 de agosto de 2011

FIBROBROCONSCOPIA FLEXIBLE & BRONCOSCOPIA RÍGIDA

La broncoscopia rígida ha sido una herramienta terapéutica utilizada tradicionalmente por los otorrinolaringólogos.
El manejo de la vía aérea es una de las competencias más importantes de nuestra especialidad, para lo cual contamos con distintas estrategias como son la traqueostomía y la broncoscopia.

La broncoscopia ofrece la posibilidad diagnóstica y terapéutica. Un cuerpo extraño alojado en la vía aérea superior pero por debajo del nivel quirúrgico que asegurase la respiración del paciente mediante la traqueostomía, obliga a la realización urgente de una broncoscopia.

Nuestro Hospital ha contado a lo largo de su historia con cirujanos otorrinolaringólogos expertos en este sentido. Clásicamente se ha tratado mediante esta técnica tanto a adultos como a niños, pero la superespecialización de los servicios de neumología y pediatría a mejorado notablemente el manejo en muchas y variadas situaciones.

Actualmente el Hospital Virgen Macarena cuenta con dos expertos neumólogos pediátricos: la Dra. Pérez y el Dr. Martín Navarro, quienes han convertido a su servicio en un referente provincial y comarcal para el diagnóstico y tratamiento de esta patología mediante la técnica de la broncoscopia rígida. Ambas técnicas son perfectamente complementarias e incrementan exponencialmente las posibilidades diagnósticas y terapéuticas.





Las imágenes presentadas pertenecen a la sesión clínica del Dr. Maza Solano (MIR) durante el pasado mes de abril que reunió a ambos servicios.

sábado, 13 de agosto de 2011

EL COMITÉ DE LA MUERTE

El doctor Longwood presentó a la doctora Elizabeth Hawkins y al doctor Louis Solomon. Spurgeon notó un ligero cambio en el ambiente, y se fijó en el doctor Kender, el experto en riñones, que se había inclinado hacia delante, jugueteando nerviosamente con algo en su manaza.
- Tengo mucho gusto en que los doctores Hawkins y Solomon hayan aceptado nuestra invitación y estén ahora aquí con nosotros- dijo el doctor Longwood-. Son residentes del servicio Pediátrico, donde estaban acabando su internado al ocurrir el fallecimiento que vamos a examinar a continuación.
Adam Silverstone leyó los datos del caso de la niña de cinco años Beth-Ann Meyer, que había sufrido treinta por ciento de quemaduras en su cuerpo al ser escaldada con agua hirviendo. Después de dos injertos cutáneos en la sala de pediatría del hospital, una noche, a las tres había vomitado, atascándosele algo de comida en la garganta. Un residente de anestesia había tardado dieciséis minutos en llegar, y cuando acudió la niña había muerto.
- No hay excusa alguna que justifique la tardanza del anestesista en llegar al lugar del incidente -dijo el doctor Longwood-, pero, dígame... - los ojos fríos se fijaron en la doctora Hawkins y luego en el doctor Solomon-, ¿por qué no hicieron ustedes la traqueostomía?
- Ocurrió con gran rapidez- respondió la muchacha.
- No teníamos instrumentos adecuados- arguyó el doctor Solomon.
El doctor Kender mostró, entre el índice y el pulgar, el objeto que tenía en la mano.
- ¿Saben ustedes lo que es esto?- dijo.
El doctos Solomon carraspeó.
- Una navaja de bolsillo.
- Siempre la llevo encima- dijo el experto en riñones, sin alzar la voz-. Con ella podría abrir en canal una garganta en un tranvía.
Ninguno de los dos residentes pediátricos contestó. Spurgeon no conseguía apartar los ojos del pálido rostro de la muchacha.
"Están arrinconándoles -pensó-; lo que están diciéndoles es: Ustedes mataron a esa niña, ustedes."
El doctor Longwood miró al doctor Kender.
- Prevenible- dijo éste, a través del puro.
Al doctor Sack.
- Prevenible.
Al doctor Paul Sullivan, cirujano externo.
- Prevenible.
A la doctora Parkhurst.
- Prevenible.
Spurgeon permanecía inmóvil mientras la palabra iba rodando, como una piedra helada, en torno al perímetro de la estancia, incapaz ya de mirar a los dos residentes pediátricos.
"Dios -dijo-, que no me ocurra esto a mí."

The Death Comitee
1969 by Noah Gordon