INTRODUCCIÓN
De las disembriopatías, son con mucho las más frecuentes y
ocupan el segundo lugar entre las masas cervicales, después
de las adenopatías benignas. Povienen de un defecto de reabsorción del
tracto tirogloso, asociados a una reanudación de actividad
de las células epiteliales que recubren la luz del tracto.
Debemos recordar que la glándula tiroides empieza
su desarrollo al final de la tercera semana de vida
intrauterina como una proliferación endodérmica del suelo ventral de la faringe, entre el tubérculo impar y
la lengua en desarrollo, punto que posteriormente
será el agujero ciego. El quiste del conducto tirogloso se presenta clásicamente en la línea media cervical, pudiendo estar en cualquier zona entre el agujero ciego hasta la horquilla esternal. Los quistes suprahioideos se encuentran en la región submentoniana, pero del 60 al 80% se desarrollan por encima del hueso hioides. Resulta muy raro encontrar esta patología a nivel intralingual. Los que se desarrollan
a nivel del cartílago tiroideo son desplazados hacia
un lado.
En general se puede presentar y desarrollar a cualquier edad, con predominio en las dos primeras décadas de la vida, teniendo registrado que el 50% se
presenta antes de los veinte años. No cuenta con
predilección por ningún género. El tamaño registrado generalmente es de 3 cm, pero se han encontrado casos de hasta 10 cm de diámetro.
CLÍNICA
Clínicamente encontramos un aumento de volumen a nivel cervical, asintomático, móvil y fluctuante, siempre y cuando no haya sido comprometido con una infección secundaria. Si el quiste mantiene algún tipo de conexión con el hueso hioides o la lengua, es posible evidenciar movimiento de la masa durante la deglución o
la protrusión de la lengua. Las lesiones que se presentan en base de la lengua pueden causar obstrucción laríngea. En un tercio de los casos se desarrolla un trayecto fistuloso hacia la piel o la mucosa,
por ruptura del quiste sobreinfectado o como secuela de la cirugía.
EXÁMENES COMPLEMENTARIOS
La ecografía cervical es el examen de elección para confirmar
la naturaleza quística de la tumefacción mediana y, sobre
todo, para precisar la posición normal de la glándula tiroides.
Reconocer un tiroides ectópico lingual o sublingual por interrupción de la migración, que asemeja un quiste del tracto,
es de una importancia capital para evitar las consecuencias
dramáticas ligadas a su ablación. Teóricamente, sólo la gammagrafía tiroidea (con tecnecio en el niño y con yodo en
el adulto) puede confirmar la buena función de esta glándula y descartar un tejido ectópico único funcional.
TÉCNICA DE SISTRUNK
La técnica quirúrgica preconizada en 1920 por Sistrunk actualmente está bien codificada y debe realizarse a distancia de todo episodio infeccioso.
La operación se
realiza bajo anestesia general con intubación. La posición del
paciente es la misma que para una tiroidectomía, cabeza en
hiperextensión apoyada en un redondel de caucho, con un
cojín bajo los hombros. La incisión cutánea, horizontal, disimulada en un pliegue cutáneo se sitúa entre el hueso hioides y
el borde superior del cartílago tiroides. De una longitud de 4 a
5 cm, permite una exposición completa de la parte anterior del
esqueleto laríngeo y de la base de lengua. Si la piel a nivel del
quiste es más fina, inflamatoria o fistulizada, se resecará
mediante una incisión elíptica.
La disección comienza al ras
de la dermis en el caso de quistes superficiales, para no lesionar la pared quística. Cualquiera que sea la localización del
quiste supra, pre o infrahioideo, es indispensable el vaciado
del espacio prelaríngeo mediano y paramediano. Por lo tanto,
se progresa hacia abajo para identificar la línea blanca, que
separa los músculos infrahioideos. Se hace una incisión a la
altura del cartílago cricoides. Los músculos se separan y se
identifica el istmo tiroideo.
Si la pirámide de Lalouette
está presente, se la secciona al ras del istmo entre dos pinzas.
Una ligadura con un hilo reabsorbible se coloca hacia abajo
para evitar todo sangrado del tejido tiroideo del istmo. Hacia
arriba, el hilo sirve de tracción. La pirámide se extirpa con el
tejido prelaríngeo llevando la disección al contacto con el cartílago tiroides, de abajo arriba, hasta su escotadura.
En
este momento, los fascículos medianos del extremo superior
de los músculos esternohioideos, se seccionan 0,5 cm por debajo del hueso hioides de uno y otro lado de la línea mediana. Se
libera así el borde inferior del hueso hioides sobre 1,5 a 2 cm.
La membrana tirohioidea se secciona a continuación con bisturí eléctrico, algunos milímetros por encima del borde superior del cartílago tiroides, para acceder al compartimento hiotiroepiglótico. Su contenido graso se elimina mediante disección respetando la mucosa de las valéculas. En caso de abertura faríngea, la mucosa se cierra inmediatamente con la ayuda
de un hilo reabsorbible. Sobre todo, no se debe raspar el hueso
hioides, porque se corre el riesgo de interrumpir el trayecto del
tracto tirogloso que mantiene relaciones muy estrechas con el
cuerpo de este hueso. El hueso hioides se secciona a nivel de
sus astas menores; de abajo arriba, con la ayuda de una cizalla
de Moure en el adulto o de tijeras fuertes en el niño.
A continuación se tracciona hacia abajo el cuerpo del hueso
hioides y se comienza la disección suprahioidea.
Es aconsejable eliminar el entorno celuloso prehioideo en bloque con el fragmento de hueso que ha sido resecado, sin buscar aislar el borde superior del hueso.
Se realiza una incisión en los músculos milohioideos con el
bisturí eléctrico, según un trayecto triangular, con base en el
cuerpo resecado y punta en la línea mediana, 1,5 cm más
arriba. Este triángulo es la base del cono que se talla
en profundidad en los genioglosos hasta el foramen caecum.
Para orientarse mejor en la base de la lengua, hacia la
punta de la V lingual, Sistrunk propuso seguir la bisectriz
del ángulo recto formado por la línea horizontal y la línea
perpendicular al borde superior del hueso hioides. La resección alta del tracto se hace a la altura del foramen caecum,
por debajo de una ligadura con hilo reabsorbible.
El cierre se realiza sobre un drenaje aspirativo. Se reconstituye
el plano muscular suturando los genihioideos y los milohioideos a los esternohioideos mediante puntos reabsorbibles.
Luego, los esternohioideos se acercan sobre la línea mediana por puntos separados o por sutura continua. Se realiza así
una sutura por capitonaje de los espacios de despegamiento
para prevenir la formación de hematomas. Se termina el
cierre mediante puntos subcutáneos invertidos evitando los
puntos de piel.
El examen anatomopatológico de la pieza quirúrgica se practica sistemáticamente, ya que se han descrito casos de malignidad.
En realidad, se trata sobre todo de la degeneración
maligna de tejido tiroideo ectópico bajo forma de carcinoma
papilar que necesita, además, un tratamiento supresor de la
función tiroidea. Siempre se debe hacer la diferencia histológica entre esta degeneración del tejido ectópico y la metástasis de un cáncer tiroideo primario que precisará una tiroidectomía total.
Dedicatoria especial al Dr. González García...
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